martes, 28 de enero de 2014

Carta de mi Padre muerto desde la Eternidad



Querido hijo: reúno todas las fuerzas de mi no ser
para escribirte, lo más seguro, la última vez.


Me dices hace nueve años que os dejé. Eterno es el viaje.
Lleva tú la cuenta. Lo atemporal es desconcertante.


Las llamas de tu dolor iluminaron el vacío
por el que vago. La oscuridad es total, hijo mío.


Mi dios es tu memoria. El cielo que busco tu recuerdo.
Porque existes soy espíritu, me quieres y te quiero.


El todo es el que perdura, es como un monstruo interminable
que nos devora. Vive, sueña alguna vez, haz y no hables.


(Del poemario "Julio Tórrido" )


1 comentario:

Amando García Nuño dijo...

Vale, no hablemos, vivamos a ratos y -si se tercia- hasta soñemos. Pero tengamos apañadito ese cielo de quienes nos quieren desde la oscuridad. Se lo debemos, creo.
Salud-os